La historia del Cine Ópera se remonta al año de 1949 –cuando el icónico recinto diseñado por el arquitecto Félix T. Nuncio con interiores del escenógrafo Manuel Fontanals–, presentó la primera proyección para posicionarse como uno de los cines más populares de la Ciudad de México. Este edificio, ubicado en el numero 9 de la Calle Serapio Rendón en la Colonia San Rafael, se erigió con un estilo art decó cuya fachada se enmarca con un ventanal con dos esculturas talladas de piedra que muestran las máscaras de la comedia y la tragedia.
Después de 22 años de su inauguración, su uso presentó un descenso notable debido a distintos factores hasta 1993, cuando comenzó a albergar algunos de los conciertos más icónicos de bandas como Bauhaus –una banda británica de rock gótico británica formada en 1978, la cual se popularizó en la década de los 80's–, dicho concierto tuvo lugar el 12 de octubre de 1998 y llevaba como título 'Bauhaus: Resurrection Tour' y fue tanto el quorum convocado que provocó daños en la estructura previamente dañada durante los terremotos que sacudieron a la ciudad en 1985. Debido a esto, el recinto fue cerrado definitivamente y entregado al Instituto Nacional de Bellas Artes en el año de 2011 con el fin de convertirlo en centro cultural, sin embargo, esto nunca sucedió debido al avanzado deterioro.
Setenta años después de su inauguración, José Alfonso Suárez del Real –titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México– ha informado según un reporte del periódico Reforma, que el icónico recinto recobrará su vocación para albergar producciones audiovisuales, según el proyecto de una organización internacional que financiará su restauración. Sin indicar el nombre de la organización, debido a un acuerdo de confidencialidad, el funcionario explicó que el Gobierno capitalino en colaboración con el INBA, resolverán cuestiones administrativas antes de emprender la intervención.
Por su parte, los especialistas Francisco Ruiz y Bárbara Enbrids, de la Subdirección de Obra del INBA, así como Juan Adán, de la Dirección de Arquitectura de ese mismo Instituto, se presentaron el pasado 4 de julio para revisar el inmueble y confirmaron el desprendimiento de fragmentos y aplanados hacia el área deshabitada, sin que la edificación, afirmaron, presente problemas estructurales.